Es frecuente escuchar que el Trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) cada vez está aflorando más en la sociedad actual, hay un debate abierto en relación a si cada vez más personas reciben sobreediagnósticos, y eso puede ser verdad en cierta medida.
Según la federación española de asociaciones de TDAH, es el trastorno psiquiátrico más frecuente en la infancia. Se estima que lo padece el 5% de la población infantil-juvenil, lo que equivale a uno o dos niños por aula. Pero muchas veces nos encontramos en la consulta casos de personas, en especial niños, que han sido diagnosticados con una o dos cuestionarios en exclusiva, o por la mera observación de un profesor y /o la familia, en ocasiones sin ni si quiera haber pasado por la consulta de un neurólogo.
Siguiendo los Criterios Diagnósticos del DSM-V (manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales) para el TDAH, la definición exacta de esta problemática se puede resumir en:
- Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o desarrollo, especificando:
1. Inatención.
2. Hiperactividad / Impulsividad.
3. Presentación combinada: Inatención con hiperactividad / impulsividad.
- Gravedad: leve, moderado o severo.
Es de gran importancia no diagnosticar sólo con los criterios diagnósticos, es necesario hacer una evaluación atencional, socio-emocional y neuropsicológica completa.
Hay una gran desinformación dentro de los propios profesionales, pues incluso en la formación académica que se recibe sobre el diagnóstico de TDAH se suelen recomendar muy pocas pruebas, la mayoría cuestionarios subjetivos (como el ADHD), que no sirven en solitario para poder evaluar con exhaustividad los criterios anteriormente descritos para este trastorno.
Algunas veces esas pruebas estandarizadas no son accesibles para la mayoría de psicólogos.
En el Centro psicológico Loreto Charques tenemos un protocolo de evaluación completo que incluye un número elevado de pruebas estandarizadas, tenemos en cuenta la evolución del paciente, y estamos en estrecha colaboración con las familias, los colegios y neurólogos o psiquiatras especializados para obtener la máxima información.
Una vez los pacientes son derivados desde diferentes servicios de neurología, les hacemos una entrevista clínica, y una evaluación completa de las áreas cognitivas (en especial de la atención y las funciones ejecutivas), de desarrollo evolutivo, emocionales, sociales, familiares, escolares, por poner un ejemplo, una prueba que les solemos aplicar es el WISC-V, test que sirve para medir el C.I. (la inteligencia). Por otro lado, para medir los diferentes tipos de atención, y siguiendo con el ejemplo de pruebas atencionales: el test Continuous Performance Test 3rd Edition (CPT3), el test Continuous Auditory Test of Attention (CATA). De la empresa Nesplora: el AULA y el AQUARIUM. De TEA Ediciones, el CARAS-R, el D2, entre otros.
Una vez se tiene el informe con los resultados de la evaluación, es necesario ir al neurólogo para llevar un seguimiento adecuado, confirmar el diagnóstico y comenzar la intervención psicológica en caso de necesitarla.
Cristina Vergara | Psicóloga Col. Nº M-30571
Centro Psicológico Loreto Charques