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Foto del escritorCentro Psicológico Loreto

Cómo hablar a tu hijo de la pubertad



Hay momentos en la vida de una madre o un padre que todos sabemos que van a llegar pero que no siempre queremos que se hagan realidad, uno de ellos es cuando toca hablar de la pubertad. A pesar de que en la actualidad los niños están expuestos a mucha información acerca del tema (¡cuidado con Internet!), lo cierto es que debemos asegurarnos de que son fuentes fiables, por ejemplo el colegio, o ser nosotros mismos los que abordemos el tema con ellos con total normalidad.


Pero… ¿cuándo tengo que tener esta conversación con mi hijo? La pubertad comienza entre los 10 y los 14 años para las niñas y entre los 12 y 16 para los niños, la idea es que poco a poco podamos ir hablando de este tema con ellos antes de que estén plenamente inmersos en todos los cambios físicos que se producen, y sobretodo antes de que recurran a fuentes poco fiables de información.


Es importante cuidar determinados aspectos pero sobretodo generar un canal de comunicación eficaz y de confianza entre ambos, mandando un mensaje claro de que es un tema del que se puede hablar abiertamente en casa sin ningún tipo de vergüenza o reparo. No obstante, ahí van algunos consejos para afrontarlo:


  1. No busques un momento concreto y programado que suene a “ven, tenemos que hablar” ya que posiblemente genere una reacción nada recomendable en nuestro hijo como pensar que ha hecho algo malo o que va a recibir algún sermón. Es preferible ir incorporando pequeñas capsulas de información en nuestro día a día de una manera cotidiana, sin forzar situaciones y en consonancia a situaciones que puedan facilitarnos la tarea.

  2. Utiliza un tono divertido y distendido, que genere confianza y sea capaz de captar su atención. Evita expresiones que puedan denotar vergüenza o incomodidad por tu parte, y sobre todo, no olvides que las cosas se llaman por su nombre.

  3. Vamos a intentar adelantarnos a los cambios que va a experimentar para generar una previsión de acontecimientos que les evite sorpresas y sustos. Por ejemplo, vamos a explicarle a una niña en qué consiste la menstruación antes de que ella misma descubra el sangrado y pueda asustarse o sentir vergüenza porque no sabe lo que sucede.

  4. Educación sexual. Recordemos que esta etapa de cambio es también la etapa de despertar y madurez sexual, por ello tenemos que abordar determinados temas como los riesgos en las relaciones sexuales sin protección, la identidad y orientación sexual, el respeto en la pareja o el abuso sexual sin que ello represente obstáculos en la comunicación con nuestro hijo. Buscamos ser un referente de confianza y seguridad en todas las esferas de su vida y esta es una más que debemos abordar con ellos.

  5. La montaña rusa de las emociones. No nos olvidemos de este aspecto y del papel que juegan las emociones también aquí, seamos conscientes de ello e intentemos darles espacio para que puedan regularse y compartir con nosotros si lo desean.


Para concluir, y para facilitar la misión, añadir una pequeña lista a tener en cuenta sobre los cambios que todos los niños y niñas deberían conocer sobre la pubertad:


  • Las chicas adquieren formas más redondeadas, sobre todo en las caderas y piernas, en cambio a los chicos les sale la barba y sus músculos aumentan de tamaño.

  • Los pechos de las chicas aumentan de tamaño, incluso a veces uno en mayor medida que el otro. En los chicos, será el pene y los testículos. En relación a esto, es importante poder hablar abiertamente de tamaños, es habitual en ambos sexos la preocupación o incluso la vergüenza respecto a este aspecto.

  • Tanto a las chicas como a los chicos les sale acné. También empiezan a tener vello púbico y en las axilas, y que el de las piernas se vuelve más grueso y oscuro.

  • La voz de los chicos cambia y se les hace más grave.

  • Los chicos pueden tener poluciones nocturnas, es decir, eyaculan mientras duermen (no tengas miedo de poder hablar de este tema con tu hijo, normalizamos porque les pasa a todos y evitamos sentimientos de vergüenza).

  • Menstruación. En este punto es importante informarle de la posibilidad de embarazo, de la duración de cada ciclo y de la utilización de los distintos productos disponibles para el periodo.


Lorena Atienzar del Toro

Psicóloga Col. Nº M-25199

Centro Psicológico Loreto Charques

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