“Nadie se ilumina fantaseando figuras de luz, sino haciendo consciente su oscuridad.” - Carl Jung.
Según la psicología analítica de Carl Jung, el arquetipo de la sombra representa el “lado oscuro” de nuestra personalidad, esos rasgos y actitudes que el Yo Consciente no reconoce como propios.
Durante la infancia, la sombra personal se desarrolla en todos nosotros. A través de figuras de referencia como padres, familiares, profesores…y de nuestras propias experiencias y aprendizajes, vamos definiendo lo que es una conducta adecuada y lo que no. Incluso, cada cultura, define de manera diferente lo que corresponde a la sombra: agresividad, ambición, sexualidad, expresión emocional intensa…algunas validan estos comportamientos y otras los destierran.
De una forma u otra, todos aquellos sentimientos y capacidades que nos hemos negado y no reconocido en nosotros mismos (celos, agresividad, culpa, avaricia, soberbia, cobardía…), los hemos ido apartando a ese lado oscuro que se convierte en nuestra sombra.
De esta forma, al haberlos rechazado y apartado de nuestra mente consciente, solo podremos ver nuestra sombra a través de los rasgos y las acciones de los demás, sólo podremos darnos cuenta de ella fuera de nosotros mismos, proyectándola en otros.
¿Cómo puedo identificar mi sombra?:
Cuando una persona nos afecta emocionalmente y respondemos de forma exagerada en su contra ante algo que no tiene tanta importancia, probablemente estemos proyectando nuestra sombra personal en ella. Estamos atribuyendo a otros, reacciones, sentimientos, prejuicios… que en realidad nos pertenecen.
Presta atención a aquello que criticas o juzgas exageradamente de otros.
Observa aquellas emociones que posees reprimidas.
Identifica todo aquello que te genera tanto dolor y no eres consciente del motivo.
Conocer nuestra sombra va a aportarnos varios beneficios en nuestra relación con nosotros mismos y con los demás:
Aumento de nuestro autoconocimiento.
Aceptarnos de una forma más completa, haciéndonos cargo de aquello que forma parte de nosotros.
Alcanzar un “yo” más integrado y fuerte. Nos va a permitir convivir de forma consciente con nuestra luz y con nuestra oscuridad.
Aprender a comunicarnos con nosotros mismos de una forma adecuada y sincera.
Dirigir nuestras emociones de forma correcta cuando irrumpen de manera inesperada.
Mejorar nuestras relaciones interpersonales.
Aprender a identificar proyecciones que dificultan nuestra opinión de los demás y así obtener una visión más realista y sincera.
Desprendernos de culpas derivadas de determinados comportamientos y acciones negativas.
En definitiva, cuesta aceptar que aquellos aspectos que tanto nos crispan y no soportamos de los demás, puedan formar parte de nosotros. Sin embargo, reconociéndolos y aceptándolos podremos desactivar nuestro rechazo a esa parte y activar una nueva forma de relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, parafraseando a Jung ,“lo que niegas te somete, lo que aceptas te transforma”.
Estaremos encantados de acompañarte en tu proceso de autoconocimiento, crecimiento y transformación.
Esther Cazalla Briz
Coach acreditada por ASESCO
Centro Psicológico Loreto Charques