“El gran valor de las emociones es que contienen fragancias del alma, y si sabemos entenderlas y atenderlas como es preciso, las podemos aprovechar para crecer en sensibilidad, en humanidad y en alegría de vivir, además de en conocimiento y saber”. - Eva Bach
¿Sabes identificar tu malestar emocional?, ¿sabes ponerle nombre?, ¿tienes identificado aquello que te ayuda a mejorar y sanar tus heridas emocionales? Si tu respuesta es “no”, no es de extrañar, la gran mayoría de nosotros aprendimos desde niños a “dejar pasar”, a “ignorar”, no recibimos una educación emocional, no aprendimos a tomar conciencia y responsabilidad sobre nuestras emociones.
Hoy os propongo mejorar nuestro #autocuidado emocional, consiste en todo el conjunto de acciones que podemos realizar en beneficio de nuestra salud emocional. El autocuidado dependerá de cada uno de nosotros, diferente para cada persona, debe adaptarse a nuestras necesidades y particularidades a nivel individual.
La creación de un Botiquín Emocional formará parte de este autocuidado, pues en él vamos a incluir todo aquello que nos aporta bienestar y nos ayuda a gestionar nuestras emociones, ya sea para anticiparnos o para sobrellevar estados emocionales complicados. El objetivo es que nos sirva de #guía interna y nos aporte luz y #bienestar en momentos donde necesitemos canalizar nuestras emociones.
¿Por dónde comenzar?, ¿qué claves necesitas para crear tu Botiquín Emocional?:
Priorízate y dedícate tiempo. Las obligaciones diarias nos conducen en muchos momentos a un ritmo de vida acelerado, sin embargo, incluir un tiempo para TI será beneficioso.
Trabaja la #autoobservación, aprende a identificar las emociones que te acompañan. Permítete sentir tu experiencia emocional, dales la bienvenida, detente en ellas, respira y déjalas llegar. Identificar la emoción que sientes representa una oportunidad para recoger información que tiene que ver con lo que es importante para tu bienestar. La emoción te comunica un mensaje acerca de lo que de verdad estás sintiendo.
Acepta y expresa tus #emociones, son parte de nosotros. Ponerle nombre a la emoción es el primer paso para la regulación. Describir lo que sientes puede ayudarte a gestionar el problema. Saber lo que estás sintiendo proporciona una sensación de control sobre tus sentimientos y fortalece la creencia de que tienes el poder de hacer algo respecto a ellas. La clave se encuentra en aprender a gestionarlas, no en invalidarlas. No se trata de algo que “eres”, sino de algo que estás sintiendo.
Aprende a medir tu temperatura emocional. Al igual que medimos nuestra temperatura corporal, aprende a medir cómo te sientes, ¿cómo te percibes?, ¿qué intensidad alcanza esta emoción?, esto será clave para conocer tu punto de partida y comprender qué necesitas. Este termómetro emocional también será de gran ayuda para predisponerte eficazmente ante situaciones concretas. Si soy consciente de mi estado emocional, podré modularme antes de exponerme a situaciones relevantes.
Introduce en tu Botiquín Emocional aquellas acciones que te ayuden a gestionar tus emociones. Una vez que hayas identificado tu verdadera necesidad, pregúntate qué puedes hacer, identificar lo que necesitas es una de las mejores formas de comenzar un nuevo proceso más saludable. Actividades que te permitan reducir el efecto disruptor que puedan tener, sin dejar de entender su mensaje y su finalidad adaptativa. Pueden ser actividades deportivas, meditación, yoga, lectura, pintura, escuchar música, escribir aquello que sientes, identificación de fortalezas...
En definitiva, tus emociones son tu responsabilidad, te animo a que las conviertas en maravillosas aliadas, son uno de nuestros recursos más valiosos. Establecer un compromiso constante con nosotros mismos será una pieza clave para convertir en hábitos estas rutinas de autocuidado emocional.
Si en este proceso de autoconocimiento descubres áreas a trabajar, estaremos encantados de acompañarte en tu proceso de crecimiento y transformación.
Esther Cazalla Briz
Coach acreditada por ASESCO
Centro Psicológico Loreto Charques