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Deberes a debate


Deberes a debate
Deberes a debate

Deberes a debate.


Un debate que siempre encuentra adeptos y detractores y que parece continuar en el tiempo sin llegar al objetivo de un consenso, aunque no todo debate deba llevar a ello, es la eterna confrontación “deberes sí, deberes no”.


Quizás la propia nomenclatura, deberes, tareas escolares también debería estar a debate, quizás entrenamiento en… Sería más acertado.


Si admitimos sin dudar que los niños y jóvenes necesitan entrenamiento físico y dedicar un tiempo al deporte, ¿Por qué no admitir que deberían también entrenar ciertas capacidades cognitivas fuera del horario escolar?


Desde 1970 en España se han sucedido 8 leyes de educación, todas ellas politizadas, hasta el extremo que algunas se les ha añadido el nombre del ministro, ministra de educación que ostentaba el cargo en ese momento en el gobierno.


Quizás el eterno problema tenga su origen en la calidad de educación y factores sociales del momento en que se desarrolla cada individuo.

Hoy en día hay valores y factores que no tienen consistencia ni validez de permanencia, se vive la inmediatez y el exceso de uso de pantallas y las dificultades dentro del seno de las diferentes modalidades de familia. Familias muy heterogéneas y donde resulta complicada la conciliación familiar. Los padres y sobre todo las madres, donde más recae mayoritariamente la carga de “deberes, tareas” escolares, se han convertido en supervisores especializados del área académica de sus hijos. Hubo un tiempo, donde los deberes y tareas no eran cuestionados, así como la autonomía de cada niño en hacerlos.


Esta supervisión sigue entrañando desigualdades siempre cuestionadas, no todos los padres tienen preparación ni medios para poder soportar a veces ese seguimiento de actividades extraescolares.


Dentro de los Informes PISA, tampoco es concluyente si los deberes favorecen mejores resultados o son causantes de abandono escolar por sobrecarga. Países como Finlandia donde no hay deberes o Francia que prohíbe los deberes en la etapa de 6 a 11 años no obtienen mejores resultados que los países donde sí dedican más tiempo a los deberes y obtienen un mejor rendimiento en matemáticas.


Desde el punto de vista pedagógico deberíamos volver al entrenamiento sugerido anteriormente. Entrenar capacidades orientadas a una mejora de la autonomía de los escolares, uso de agendas, planificación y organización de tiempos; ejercicios en entrenar su atención, su razonamiento lógico verbal y matemático, el lenguaje y la comprensión.


Planificar actividades que fomenten la creatividad, actividades centradas en reforzar de forma más individualizada aquellas áreas que son prerrequisitos para un óptimo aprendizaje. Si un niño tiene dificultades en lectoescritura la solución no es leer más cantidad de tiempo, sino trabajar sobre prerrequisitos que se pueden entrenar en casa de forma lúdica y que ayudan a enriquecer el lenguaje, la comprensión y fluidez lectora. Si la ortografía es deficiente puede entrenarse habilidades de psicomotricidad fina que ayuden a volcar después esfuerzos de habilidad ortográfica.


Sería por tanto recomendable:


  1. Plantear los deberes como un entrenamiento cognitivo al igual que existe un entrenamiento físico.

  2. Entrenar en función de la edad y las dificultades que presente el alumno.

  3. El crear pequeñas rutinas para lograr grandes hábitos.

  4. Tener horarios establecidos para entrenar dando la importancia que requiere cada entrenamiento. Horarios y tiempos muy acotados respondiendo a la edad de cada niño.

  5. Buscar la creatividad y la individualidad de cada entrenamiento.


Resumiendo, es necesario una educación de calidad donde prime la formación del profesorado, es necesaria la atención a las familias y contemplar ajustes de horarios laborales para así conciliar y poder atender de forma igualitaria las necesidades educativas de los niños en la sociedad actual. Es necesario que adquieran responsabilidades, que fomenten y refuercen los estudios, con autonomía y rutinas.


¿Deberes sí o deberes no? La respuesta: entrenamiento sí.


Cuca Fernández Maseda

Licenciada en Pedagogía

Centro Psicológico Loreto Charques

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