Cuando escuchamos la palabra #educar automáticamente pensamos en la adquisición de competencias centradas en el aprendizaje de contenidos académicos. Si bien, la tendencia ha ido cambiando la educación emocional es aún uno de los grandes olvidados.
La educación emocional es un proceso de aprendizaje que busca ayudar a las personas a #comprender, #expresar y #regular adecuadamente sus propias #emociones, así como a #reconocer y responder a las emociones de los demás de una manera positiva y efectiva.
Ser conscientes de nuestras emociones y responsabilizarnos de ella es fundamental para nuestro #bienestar ya que la educación emocional ha de entenderse como un elemento imprescindible para la promoción de una personalidad integral.
La educación emocional tiene como #objetivos:
Adquirir un mejor conocimiento de las propias emociones.
Identificar las emociones de los demás.
Desarrollar la habilidad de regular las propias emociones.
Prevenir los efectos perjudiciales de las emociones negativas intensas.
Desarrollar la habilidad para generar emociones positivas.
Desarrollar la habilidad de relacionarse emocionalmente de manera positiva con los demás.
Educar las emociones debe ser un proceso continuo y debe estar presente en todos los contextos en los que se desarrolla la vida.
¿Cómo pueden los padres educar las emociones?
Centrándonos en el contexto familiar, la adecuada interacción entre padres e hijos favorece el manejo adecuado de las emociones.
A continuación, se proponen una serie de #pautas para desarrollar una adecuada gestión emocional en nuestros hijos.
Ayudar a los niños a identificar y etiquetar las diferentes emociones.
Reconocer la #emoción como una oportunidad para el descubrimiento y la transmisión de experiencias.
Validar los sentimientos y las emociones del niño con #empatía.
Ayudar a nuestros hijos a #expresar de manera verbal sus estados emocionales.
Mostrar los #límites y proponer vías alternativas para que el niño, por sus propios medios, se capaz de resolver sus problemas emocionales.
“Educar la mente sin educar el corazón no es educar en absoluto” (Aristóteles)
Verónica Ranero
Psicóloga Col. Nº M-21624
Centro Psicológico Loreto Charques
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