El desarrollo del dibujo infantil durante la infancia.
El dibujo es una de las formas de expresión artística más tempranas junto al baile. El dibujo infantil es un reflejo de su desarrollo cognitivo, emocional y motor desde sus primeros y caóticos garabatos hasta representaciones más elaboradas de su mundo.
Dibujar no es meramente copiar la realidad, es algo más que eso. Aunque los niños intentan reproducir la realidad, al realizarlo deben extraer imágenes internas de aquello que conocen y nos muestra como perciben las cosas y como las comprenden. Además, a través de los dibujos podemos observar cuál es su percepción del mundo, cuáles son sus intereses, sus preocupaciones y deseos.
A lo largo de la infancia, los niños atraviesan diferentes etapas en su habilidad para dibujar en su camino hasta la búsqueda del realismo, en este articulo iremos explorando sobre ellas.
El garabateo (de 1 a 4 años):
Esta etapa se caracteriza por los trazos en diferentes direcciones y que carecen de sentido, Es importante en esta fase que el niño dibuje con pinturas de dedos, pinceles gruesos, o con ceras gruesas.
Esta etapa se debide en 3 fases:
Garabateo desordenado. Entre el año y medio y los dos años, los niños pierden la atención con facilidad. Por lo que es frecuente que ni miren al papel mientras dibujan, el dibujo es simplemente un acto motor.
Garabateo controlado. Alrededor de los 30 meses, comienzan a darse cuenta de la relación que existe entre sus movimientos y aquello que se plasma en el papel, comienzan a desarrollar habilidad mano-ojo y comienza la intencionalidad en sus trazos.
Garabateo con nombre. En esta etapa es difícil reconocer que han dibujado si no nos lo explican. Es muy importante que los adultos no asignemos que es el dibujo, es preferible que el niño al terminarlo nos cuente que es, los dibujos dejan de ser algo meramente motor a tener un componente imaginativo.
Etapa preesquemática (de 4 a 7 años):
Comienzan a elaborar esquemas en sus dibujos. El niño se siente tan atraído hacia el dibujo que puede llegar a concentrarse en la tarea durante media hora, aun así, su atención es discontinua y dibuja sin un orden. Los trazos son más determinados, aunque no siempre pueden detenerlos hasta donde quieren. Incluyen algunos detalles de tamaño grande y desproporcionados entre si (dedos y ojos, sobre todo), si se les indica que faltan detalles pueden incluirlos.
Comienzan a desarrollar la figura humana, en esta época es cuando aparecen los llamados “cabezones” o “cefalópodos”, que son una cabeza de la que surgen dos piernas largas. A lo largo de esta etapa se van añadiendo cada vez más elementos.
Etapa esquemática (de 7 a 9 años):
Cada vez comienzan a dibujar de forma más precisa y organizada. Los dibujos están basados en su experiencia personal. Comienzan a utilizar la línea de tierra, donde van apoyando las diferentes figuras, intentan representar el objeto como es, incluidos los colores. La perspectiva comienza a ser más evidente, aunque puede no ser completamente precisa.
Etapa del realismo (de 9 a 12 años):
A partir de esta edad el desarrollo artístico ya no es consecuencia directa de la madurez, sino del aprendizaje y motivación hacia el dibujo. Por esa razón, muchos adultos todavía dibujan como lo hacían cuando eran niños o preadolescentes.
En esta fase, los niños muestran una mayor habilidad para representar objetos de manera realista. Los dibujos reflejan un entendimiento más profundo de la perspectiva, proporciones más precisas y detalles más elaborados. Las figuras humanas pueden mostrar detalles más refinados, como gestos corporales, expresiones faciales y ropa. Los niños empiezan a experimentar con sombras, texturas y composiciones más complejas en sus creaciones.
Etapa del pseudonaturalismo y decisión (desde los 12 años en adelante):
En esta etapa final según Lowenfeld, los adolescentes han desarrollado habilidades artísticas avanzadas. Se centran en la expresión personal y la experimentación artística. Los dibujos muestran un mayor nivel de detalle, realismo y complejidad. Los adolescentes deciden cuál técnica/s desean perfeccionar según el resultado que desean obtener. Aparecen las impresiones subjetivas en vez de basarse en la representación únicamente de la realidad.
En conclusión, es esencial comprender que estas etapas son aproximaciones generales y que cada niño puede progresar a su propio ritmo. Además, el dibujo no es el único medio creativo; algunos niños pueden preferir otras formas de expresión artística, como la pintura, la escultura o la música.
Esmeralda Armada Ortega
Psicóloga Col. Nº M-29040
Centro Psicológico Loreto Charques