Comienza Septiembre y con él otra vuelta al cole. Una vuelta al colegio con mascarillas.
Con la distancia social, las medidas de higiene y el uso de mascarillas, los niños van a tener que habituarse a gestionar su día a día de manera muy diferente en cuanto a la #comunicación y #socialización con sus compañeros de clase y profesores. ¿Cómo influirá en su desarrollo esta nueva situación? Queda mucho por analizar e investigar en relación al efecto que todas estas medidas van a tener en el desarrollo infantil, ya que se trata de un fenómeno muy complejo, pero la comunidad científica ya está mostrando algunas primeras impresiones al respecto.
La mascarilla tiene un importante impacto en la comunicación oral tanto en los aspectos de emisión como de recepción del mensaje. Todos hemos comprobado que cuesta mucho hablar con ella, hacerse entender y que nos entiendan, ya que la calidad del sonido, y en consecuencia del mensaje, se ven claramente interferidos. Otro rasgo principal del uso de la mascarilla es que tapa la cara y perdemos referencias sustanciales en la comunicación ya que no se aprecia el movimiento de los labios y la gesticulación, ambos facilitadores en la comprensión del mensaje oral. Por otro lado, su uso conversacional produce cierta sensación de no poder respirar bien cuando se habla, sensaciones de ahogo en algunos momentos, y bajo estos signos los niños pueden comenzar a manifestar primeros rasgos de #ansiedad al respirar de manera entrecortada y tener que respirar de manera más profunda. Sin profundizar en ello y de manera resumida, este jadeo respiratorio manda señales a nuestro cerebro de alerta y se produce una activación fisiológica automática, lo que supone precipitadores de cuadros de ansiedad. Conviene tenerlo en cuenta para acompañar debidamente estas situaciones en los alumnos.
¿Y qué ocurre con la distancia social? Comenzaremos indicando que esta falta de proximidad al interlocutor o mantener mayor distancia también generará dificultades en la comprensión de la comunicación, algo ya interferido por el uso de las mascarillas como se ha dicho. Otro aspecto a destacar en relación a la distancia social supone la capacidad autorregulatoria en base a una amenaza del entorno. Hay que indicar que no todos los niños tienen la misma capacidad de comprender este problema, esta amenaza “invisible”. Tampoco para autorregularse eficazmente para protegerse y mantener la distancia social, por lo que su repercusión será diferente de unos a otros. Algunos niños se mostrarán excesivamente confiados y otros precavidos en extremo. En el caso de estos últimos, puede predominar un perfil de desconfianza extrema en las relaciones, que se puede traducir en rasgos de inseguridad al entorno, reactividad excesiva, emociones de ansiedad y temor que convendrá acompañar, especialmente en algunos tramos de edad de niños más pequeños y alumnos más concretos.
¿Qué ocurrirá con los niños con necesidades educativas especiales? De por sí, estos niños ya manifiestan importantes limitaciones para reconocer y procesar un mensaje de manera verbal y auditiva. Sin duda van a resultar grandes afectados, ya que estas condiciones de comunicación y socialización (mascarilla y distancia) interfieren todavía más su comprensión del entorno, así como la participación y acceso a los aprendizajes.
Maestros y profesores tendrán que ser especialmente comprensivos con estas situaciones de la comunicación y la socialización en un entorno que genera dificultades en la comprensión oral y que aumenta la desconfianza en la interacción. El papel del docente pasará por diseñar estrategias de aprendizaje que mejoren la comprensión del mensaje, el uso de tecnologías en la enseñanza, favorecer el trabajo de investigación de sus alumnos para reducir tiempos prolongados de explicación oral. Al mismo tiempo, deberán apoyar y acompañar a la vez la posible ansiedad generada por condiciones de comunicación y socialización tan artificiales y desconcertantes para los niños. También favorecer la máxima confianza y la seguridad en el entorno que sea posible, haciendo entender a sus alumnos que pueden confiar siempre que respeten las medidas de seguridad.
Como se ha indicado, será muy reseñable la especial atención con los niños con necesidades educativas especiales, que verán interferido notablemente su desarrollo comunicativo, social y posibilidad de acceso a los aprendizajes en su conjunto. Resultará útil identificar alumnos con dificultades auditivas (aunque sean muy leves), apego inseguro, tendencia a trastornos de #ansiedad y #somatización, por supuesto dificultades respiratorias y asma, a fin de incluir planes individuales en todas estas circunstancias que la situación actual podrá precipitar y perjudicar como grandes perjudicados por la enseñanza en tiempos de #COVID.
Es claro que la gestión del aula se tendrá que repensar para:
Compensar y reforzar estrategias de la comunicación en el diseño de actividades para no abusar de la comunicación oral.
Tener identificados alumnos vulnerables por hipoacusia y trastornos de la comunicación para ofrecer estrategias de aprendizaje más adaptadas.
Tener identificados alumnos bajo apego inseguro y dificultades en la socialización, a fin de acompañar con mayor proximidad esos posibles temores o miedos que pueden desencadenar distintos cuadros de ansiedad. Tener en cuenta la desconfianza en el entorno que los niños pueden sentir debido al uso de mascarillas y medidas de distanciamiento social. Ser comprensivos, promover una respiración sin mascarilla si resulta necesario y reducir temores poco racionales o excesivos.
Reforzar la atención y acceso a condiciones de aprendizaje más adecuadas (recursos materiales y humanos) en el caso de alumnos con necesidades educativas especiales.
Desde este espacio, aprovechamos a mandar mucho ánimo y cariño a profesionales y familias en la gestión de este arranque de curso tan complejo y distinto.
Sergio Algar | Psicólogo Col. Nº M-22702
Centro Psicológico Loreto Charques
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