Cuando hablamos de alumnos o personas con altas capacidades intelectuales o #superdotación intelectual, es difícil no caer en la trampa de los estereotipos que hay alrededor de ellos. El cine, series, novelas y un exceso de información confusa y no científica (basada en experiencias) han ido favoreciendo a crear una imagen alejada a la realidad.
Es común, que al pensar en una persona excepcionalmente inteligente nos invadan sin darnos cuenta imágenes estereotipadas donde el protagonista suele ser un hombre, con gafas, bata blanca, descuidado, con comportamiento inusual o extravagante, torpe para las habilidades sociales y los deportes y sin apenas hobbies. ¿de verdad son todos así?, ¿habéis visto niños en las aulas de vuestros hijos con esas pintas?, el estereotipo como estereotipo que es, dista mucho de la realidad.
¿Qué es realmente la superdotación y el talento?
El término superdotado se encuentra asociado a la disposición de una elevada capacidad intelectual. Hasta hace relativamente poco, se consideraba superdotado exclusivamente a aquellas personas que tenían un CI superior a 130. Según algunas de las teorías actualmente más aceptadas, como por ejemplo la de Renzulli. Sería necesario, además de una elevada capacidad intelectual (donde todos los recursos intelectuales presentan una puntuación al menos del percentil 75 o superior en todas las áreas), una creatividad y una alta implicación en la tarea.
¿Cuáles son las medio verdades o mentiras que rodean a la superdotación en los niños?
NO SON, NI SE COMPORTAN, COMO ADULTOS EN MINIATURA. Si bien es cierto que pueden tener un vocabulario más amplio, concreto y avanzado para su edad. En ocasiones, por la forma que tienen de responder, nos pueden hacer pensar que son como pequeños adultos. Pero son niños, y como niños que son, les gusta jugar, perder el tiempo y tienen las mismas necesidades que cualquier otro. No debemos confundir sus necesidades intelectuales o su forma de enfrentarse a los aprendizajes con sus necesidades a nivel emocional y/o social.
TIENEN UNAS FUNCIONES COGNITIVAS SIMILARES A LAS DE UN GRUPO DE MAYOR EDAD. Sus respuestas se adelantan a las de sus compañeros, suelen resultar más elaboradas y avanzadas, por lo que en ocasiones tienden a buscar a personas de mayor edad donde consiguen un nivel de complicidad y comprensión que a lo mejor no encuentran con sus iguales. Esto no quita que se relacionen y se lleven bien con niños de su edad, son momentos distintos para necesidades diferentes (para jugar pueden encontrarse más a gusto con unos y para charlar o reflexionar con otros). Además, NO TIENEN PORQUE TENER PROBLEMAS PARA TENER AMIGOS, esto sería más una cuestión de personalidad y de habilidades sociales, muchos de hecho tienen un gran talento de liderazgo.
NO TIENEN PORQUE SER INFELICES. Esto es algo que preocupa mucho a las familias. La felicidad no depende de la capacidad intelectual, sino del entorno y de su autoestima. No existe ninguna correlación entre felicidad e inteligencia. La felicidad de las personas viene dada en gran parte por el ambiente (familiar, escolar, etc.) que le rodea y por el grado de integración y aceptación en el mismo.
LES FAVORECE TENER AMIGOS CON SU CAPACIDAD. Pueden dar la sensación de aislamiento o rareza el no conocer a nadie más con su misma capacidad. ¿acaso no nos sentiríamos nosotros de esa misma forma si no conociéramos a nadie con nuestros mismos hobbies e intereses? Tampoco sería necesario segregar, pero si es adecuado el tener momentos de encuentro o una flexibilización de aulas, por ejemplo.
PUEDEN SER MUY CREATIVOS a veces de una manera hasta incluso escéptica, rara o inusual lo que dificulta aún más su detección. En ocasiones esta creatividad puede ser confundida en clase con llamadas de atención o con actitudes desconcertantes por la atipicidad de sus preguntas. ¿Cómo puede ser que pregunte esa tontería?
NO TIENEN PORQUE SER DÉBILES FÍSICAMENTE, TORPES O NO ESTAR INTERESADOS EN ACTIVIDADES FÍSICAS. Hay una idea generalizada de que suelen ser bastante malos en los deportes, pero esta idea carece de evidencia científica alguna al no existir una correlación entre capacidad intelectual y habilidades motoras. A priori puede resultar “injusto” de que además de ser inteligente sea bueno o buena en los deportes (ya si es encima es simpaticón y hábil en las relaciones sociales y guapo/guapa, ni os cuento lo injusto que puede parecer). El hecho de poder, no significa querer, que una persona tenga la capacidad para hacer determinadas cosas no significa que le guste o le apetezca hacerlas.
A MENUDO SE ABURREN EN UN AULA ORDINARIA: Es algo que pasa con frecuencia, pero que ocurra no significa que siempre sea así. Aburrirse en clase no solo les ocurre a los alumnos con alta capacidad intelectual (ACI). El aprendizaje de este tipo de alumnos es más rápido, por lo que el que los profesores insistan o repitan un mismo contenido (para sus compañeros que no son tan rápidos y que son mayoría) no favorece esto. Pueden manifestar su aburrimiento sin molestar o con comportamientos disruptivos, esto depende de la propia personalidad del alumno y no de su situación de alta capacidad. Algunos de ellos encuentran como vía de escape a su aburrimiento y a su desmotivación, el alboroto. No es extraño que tras una evaluación en busca de un diagnóstico de trastorno de conducta o TDAH nos encontremos con una detección de una alta capacidad intelectual.
PRESENTAN NECESIDADES ESPECIFICAS DE APOYO EDUCATIVO. Son alumnos que en el currículo ordinario necesitan que se hagan algún ajuste para que este se adapte a sus características y necesidades. El grado siempre vendrá determinado por la persona (algunos precisaran de medidas más continuadas, más presentes y otros que con pequeños cambios se encuentren más adaptados). Existe un símil que me parece muy acertado para entender esto, cualquier persona no andaría de forma correcta, ni se encontraría cómodo, ni haría sus tareas cotidianas de forma tan eficaz con unas zapatillas que le quedaran excesivamente grandes o pequeñas. Esto ocurre día tras día en las aulas, alumnos donde el sistema educativo les queda grande (alumnos con dificultades del aprendizaje) y a otros que les resulta pequeño (alumnos con altas capacidades).
NO SIEMPRE SACAN LAS MEJORES NOTAS. Es una idea muy generalizada de que son aquellos alumnos brillantes los que poseen una alta capacidad. Por lo que a menudo se confunden alumnos de alto rendimiento con alumnos de altas capacidades, cuando esto no siempre va de la mano (ojalá fuera tan fácil). No siempre son alumnos pulcros, no siempre están interesados en acabar los primeros, no siempre hacen todo bien. Según avanza su vida académica si no se han adoptado las medidas adecuadas a la atención a este tipo de alumnado, su interés puede verse mermado, comenzando a realizar sus tareas con más desgana, dejando cosas para última hora o dejando de coger apuntes. Muchos no tienen unos buenos hábitos de estudio porque no los han necesitado al no requerirles un gran esfuerzo los aprendizajes en los primeros cursos, puede que hasta se convenzan de que estudiar no vale la pena. La falta de este hábito hace que, a la hora de prepararse un examen, lo tengan más difícil que otras personas habituadas a estudiar desde siempre (que tengas un Ferrari no te exime de que, para poder no ya correr, sino andar, tengas que echarle gasolina). Tampoco es extraño que algunos decidan en los últimos cursos de primaria o primeros de la E.S.O., viendo lo que se les podría venir encima, mantenerse en términos medios, donde con poco esfuerzo se encuentran cómodos ya que ni suspenden ni se les exigen una gran nota o resultado en casa.
EXISTE UN GRAN PORCENTAJE DE FRACASO ESCOLAR. Y este es uno de los grandes miedos de los padres con niños con ACI. Este hecho lo podemos interpretar de diferentes formas:
Desde un punto de vista más institucional: donde existen unos niveles mínimos que superar para titular las enseñanzas obligatorias. En este caso el fracaso escolar en este tipo de alumnos es muy reducido, aunque es cierto que algunos abandonan sus estudios sin completar la enseñanza obligatoria.
Existe otro punto de vista que no se suele catalogar como fracaso escolar como tal, aunque realmente lo sea, y es basándonos en la distancia entre el potencial y la realidad (lo que tú puedes hacer Vs. Lo que tú haces). Aquí los porcentajes de fracaso escolar aumentan considerablemente. Alumnos que podrían tener un mayor rendimiento académico y que se encuentran funcionando a medio gas.
ES NECESARIO AYUDAR A ESTOS ALUMNOS PORQUE SUS CAPACIDADES NO GARANTIZAN QUE PUEDAN TRIUNFAR POR SI SOLOS. Como ya hemos dicho antes, tener un potencial no significa que se vaya a desarrollar o utilizar como esperamos. Nacer con unas grandes piernas o con un físico óptimo para un deporte no significa que vayamos a convertirnos en gloriosos deportistas de élite. Pero tendremos más posibilidades de ello si podemos optar de un espacio preparado para ello, material necesario, una familia que nos apoye, si entrenamos a menudo, tal vez necesitemos de un equipo, un fisioterapeuta… Hay que ayudarles a que ellos pongan de su parte y se sientan apoyados y respaldados, tarea tanto de la familia como de los centros educativos.
UN ALUMNO CON ACI NO DUPLICA EL TRABAJO DEL PROFESOR. Dan el mismo trabajo que cualquier otro niño que tenga cualquier diferencia, hacer una clase homogénea para todos ya es partir de una idea equivocada. Ningún alumno es igual que otro y siempre hay que hacer ajustes. Son necesarias estrategias para atender y favorecer a todos.
NO HAY MÁS EN LAS CLASES SOCIALES MÁS FAVORECIDAS. Tendría que ver más con la capacidad que tiene el medio para reconocerlas, identificarlas y apoyarlas. Estadísticamente es muy improbable que en las clases sociales más bajas no existan niños con un gran potencial cognitivo. Si es cierto que la influencia ambiental es fundamental en el despliegue de las capacidades cognitivas, y que una influencia positiva ayudará mucho, en las clases sociales más bajas el ambiente puede distar mucho de ser el adecuado ¿recordáis la película de Matilda? Su ambiente familiar no propiciaba a desarrollarse.
En definitiva, es importante que dejemos atrás los sesgos, estereotipos y mitologías que rodean a la superdotación, para entonces poder identificar y apoyar adaptándonos a sus necesidades a aquellos alumnos con capacidades excepcionalmente superiores sin dilapidar el potencial que es preciso que desarrollen.
Esmeralda Armada Ortega
Psicóloga Col. Nº M-29040
Centro Psicológico Loreto Charques
Comments