En algún momento, todos nos hemos preguntado qué es lo mas importante en nuestra vida, la mente o el cuerpo, y que orden deben ocupar para que nuestra existencia sea lo mejor posible.
Desafortunadamente, estamos en la era del Cuidado Físico, y pareciera que, si no tenemos buen aspecto corporal, no vamos al gimnasio, o no hacemos una dieta para perder “esos kilos de más”, nuestro valor “en el mercado” decrecería.
Si bien es cierto que cuidarse físicamente es bueno por #salud, e intrínsecamente nos pudiera transmitir la idea de que somos merecedores de ese cuidado, la mayoría de las veces, se convierte en una obsesión, y en un elemento de competitividad, que no favorece en absoluto al individuo, y que muchas veces acaba mostrando al mundo, modelos equivocados de belleza, y generando trastornos como son por ejemplo, los trastornos alimenticios.
Ahora bien, ese cuidado básico está muy bien, si es comedido, no obsesivo y si lo combinamos con una buena higiene mental.
Brevemente, ¿cómo haríamos para cuidarnos psicológicamente?:
Conocernos a nosotros mismos. Sin conocimiento, no hay sabiduría, luego es importante que mediante la #Autobservación, vayamos descubriéndonos y sabiendo cuales son nuestros puntos fuertes y los débiles, para apoyarnos en unos y mejorar los otros.
Saber lo que queremos, pues cuando nos conocemos, vamos a ver claramente que #objetivos desearíamos conseguir en la vida, y caminar en esa dirección.
Alineando ambos puntos, nos va a ser más fácil adquirir lo que llamamos Coherencia interior, que no es otra cosa que pensar, sentir y actuar en la misma dirección, que es un hecho básico para lograr alcanzar ese equilibrio y paz interior, necesario para nuestro bienestar interior.
Rodearnos de Personas (y situaciones en segundo término), que contribuyan al desarrollo de esa coherencia interior de la que hablamos, y que no nos desvíen de nuestras metas y de nuestra profunda forma de ser, que va a seguir desarrollándose adecuadamente, si la energía de ambas cosas, vibra en la misma dirección.
Flexibilidad y adaptación a los cambios y situaciones adversas de nuestra vida, pues si no fluimos con lo que viene, repetiremos patrones rígidos de personalidad que nos frustrarán y no nos permitirán avanzar en el desarrollo sano y pleno de nuestra personalidad.
Finalmente, ser conscientes de que una mente centrada y en equilibrio, se traduce en bienestar, y que si encima nos cuidamos físicamente y nos alimentamos bien, lograremos acercarnos a esa plenitud y paz interior que todos deseamos.
María Jurado Madico
Psicóloga Col. Nº M-08685
Centro Psicológico Loreto Charques
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