TDAH en adultos.
Hoy vamos a abordar el tema del Trastorno de Déficit de Atención conocido como #TDAH, en adultos. Como ya hemos explicado en otras entradas de nuestro blog, el TDAH es un trastorno del neurodesarrollo con una fuerte influencia genética, cuyos síntomas comienzan a manifestarse desde la infancia. Se estima que alrededor del 4% de la población adulta cumple con los criterios diagnósticos de TDAH, pero la mayoría de ellos no están diagnosticados, ya que no fueron identificados durante la infancia.
¿Cómo podemos reconocer el TDAH en adultos?
No es extraño que cuando acuden a nuestro centro algunos padres, para realizar una valoración a sus hijos, ante la sospecha de TDAH, observen a través de la búsqueda de información previa o expresen durante la entrevista que alguno de los progenitores se ve reflejado en el niño o niña. Por lo que el adulto comienza a acercarse a su propio diagnóstico a través del de su hijo o hija. En otros casos, las personas o sus seres queridos, como su pareja, han escuchado o leído acerca de este trastorno y creen que podría explicar sus experiencias.
Otra vía por la que los adultos llegan a nuestro centro especializado. Es recomendados por sus psiquiatras o psicólogos. Que, tras un tiempo en terapia, observan patrones propios del TDAH que han ido repercutiendo a lo largo de su vida, en sus relaciones, en su vida laboral, autoestima o gestión emocional. Y que los han llevado a desarrollar trastornos del estado de ánimo, como ansiedad y depresión, motivo por el que comienzan primeramente la intervención psicológica.
¿Cómo se manifiestan los síntomas en los adultos?
Los síntomas son muy similares a los observados en niños, solo que moldeados por el paso del tiempo y las experiencias. Si bien es cierto, síntomas como la hiperactividad suelen descender en la población adulta en comparación a como la observamos en la población infantil. Las dificultades más expresadas por adultos son:
Exceso de movimientos, por ejemplo, de piernas o en el asiento.
Hiperactividad cognitiva (lo que lleva en ocasiones a confundirse, mimetizarse o “ciclarse” con ansiedad).
Verborrea y/o dificultad para mantener los turnos de palabra.
Mayor tendencia a sufrir accidentes (domésticos, de tráfico, etc).
Baja tolerancia a la frustración.
Problemas para mantener la atención.
Desorganización y dificultad para establecer prioridades.
Dificultades para gestionar el tiempo.
Problemas a consecuencia de olvidar o llegar tarde a sus citas, compromisos sociales o laborales.
Problemas para realizar múltiples tareas a la vez y terminar las ya comenzadas.
tendencia a dejar todo “para última hora”, necesidad de trabajar o hacer bajo presión.
Ansiedad anticipatoria.
Dificultades en la regulación y control de sus emociones.
Predisposición a adicciones.
¿Es ya demasiado tarde para obtener un diagnóstico? ¿Cómo es el tratamiento?
Aunque lo ideal es un diagnóstico temprano en la infancia y comenzar a intervenir sobre el trastorno lo antes posible, por supuesto que existen mejoras significativas tras la detección e intervención en adultos.
Respecto al tratamiento, la intervención psicológica va dirigida a mejorar los procesos atencionales y funciones ejecutivas a través de la estimulación cognitiva, el control de la impulsividad, la planificación y organización de manera realista y eficiente. El plano emocional con la sintomatología asociada que pueda estar acompañándola, así como las relaciones con los demás también son atendidas durante el proceso terapéutico. Existe también la opción de tratamientos farmacológicos o combinados con el psicológico.
En resumen, si sospechas que puedes tener TDAH siendo adulto o conoces a alguien en esa situación. Te animo a que te pongas en contacto con profesionales especializados en TDAH, para poder confirmar o descartar el trastorno y tener la oportunidad de mejorar la calidad de vida.
Esmeralda Armada Ortega
Psicóloga Col. Nº M-29040
Centro Psicológico Loreto Charques
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